miércoles, 17 de febrero de 2010

¿Qué es el Coaching?


¿Qué sería de un equipo profesional, de cualquier deporte, sin un entrenador? ¿Qué sería de un profesional, en cualquier área, que no se prepare y posea una amplia gama de conocimientos que lo mantenga competitivo?
 
El éxito, en los deportes, en los negocios, y en la vida requiere un entrenador. Alguien que te proponga un método de trabajo, que te ayude a disponer de todos tus recursos (incluso aquellos que no sabías que poseías), y todo esto es mi labor.Un coaching de vida no es una terapia de psicología, no es como ir al psiquiatra o al psicoanalista. El coach (o entrenador personal) es aquel que te ayudará en tu vida personal y en tu vida profesional ofreciendo un apoyo especializado (a partir de conocimientos estratégicos), y a la vez, dándote nuevas maneras para alcanzar tus metas. 

El coach es un sistema de apoyo con una sola meta en mente: mejorar tu calidad de vida en los niveles en que necesites crecer.La idea del coaching no es nada nueva. Si miras en las artes orientales, o la espiritualidad, encontrarás palabras como sensei o unsui, que son personas que tienen cierto nivel para comunicar conocimiento, ánimo y técnicas para mejorar la calidad de vida. En la vida, siempre hay personas que han caminado ciertos caminos antes que tú y han resultado exitosas, también esas mismas personas han estudiado su especialidad (en mi caso las ciencias del comportamiento humano y de la seducción) y por eso han adquirido cierta maestría o competencia para transmitir conocimiento que no todos tienen, y es ésta, la filosofía que encierra el coaching: aprender a discernir los puntos clave y prácticos de tu vida a través de un especialista.
Un coach es una persona que ha acumulado una cantidad sustancial de experiencia y educación en su propio campo (como un futbolista que luego de su retiro se convierte en entrenador de un equipo y sabe dirigirlos conociendo la personalidad de lo que es ser futbolista y su potencial con base en su propia experiencia como deportista).

¿Cuáles son las actividades que realiza un coach?
Un coach, a partir de una relación de compañerismo con su cliente, está allí para producir resultados positivos, está allí para producir resultados medibles en la vida de su cliente, enfocándolo, haciéndole descubrir recursos y proveyendo técnicas y estrategias que son probadamente exitosas. Las palabras que definen mejor lo que un coach busca son: rendimiento y desempeño. Si hago coaching de seducción lo que busco es que tu rendimiento y tu desempeño mejoren, que te expongas a un mayor número de experiencias y con una mejor estrategia, mejorando tu potencial a través del diagnóstico de cómo está funcionando tu juego interno.En la mayoría de los casos, un coaching personal es necesario cuando la persona está en una fase de transición (pasar de la universidad al trabajo, casarse, divorciarse, tener un ascenso). 

En estas transiciones se necesita apoyo debido a las siguientes razones:
- Diseñar metas, crear un proyecto de vida y desarrollar un plan de acción. 
- Dificultad en lidiar con situaciones tensionantes.
- Dificultad para la toma de decisiones.
- Necesidad de priorizar el manejo del tiempo.
- Cumplimiento de tareas y orientación a resultados.
- Mejorar relaciones sociales, manejo de habilidades sociales.
- Identificar fortalezas para maximizar el potencial.
- Simplificar las actividades para reducir la tensión.
- Mejorar el manejo del tiempo.
- Adquirir control sobre las dimensiones vitales
  (finanzas, control de peso, relaciones afectivas),

El coach está entrenado para escuchar, para detectar estrategias disfuncionales y para aproximarse a las necesidades de sus clientes, el trabajo del coach (entrenador personal) consiste en encontrar soluciones y estrategias que resulten para tu personalidad y tu historia vital.

No a todos les sirven las mismas estrategias, servirían si fuéramos robots, pero somos seres humanos diversos que tenemos diferentes capacidades, buscamos diferentes cosas y tenemos historias diferentes.

sábado, 6 de febrero de 2010

Aprendizaje de los Rosales


Por: Ma. Luisa Rodríguez

Hoy recordé de pronto algo que tiempo atrás hacía con mucho amor, cultivar rosales. Durante esa época aprendí mucho acerca de estas plantas, que nos proporcionan lindas flores. Está afición que en un momento se extendió a toda la familia, al tener que podar, fumigar y abonar entre otros menesteres las más de 400 plantas que llegamos a tener, me dio la oportunidad de grandes experiencias y enseñanzas que se traducen a la vida diaria. Uno de mis rosales favoritos era uno rojo intenso, daba unas enormes flores, una de las cuales formó parte del ramo de mi hija el día de su boda. Este rosal era muy particular, daba pocas rosas, pero eran una divinidad.  Adentrándome en sus secretos pude darme cuenta de que este rosal tenía una estrategia, para lograr estas manifestaciones de perfección en color y forma.

Cuando tres o cuatro botones empezaban a brotar desde sus largos y espinosos tallos se concentraba solo en uno de ellos y dejaba de mandar nutrientes al resto. Escogía aquel que presentaba mayores posibilidades y dedicaba su energía y vitalidad a este botón. Con detrimento del resto, no solo de botones, sino de toda la planta,  hasta prohibía la aparición de hojas nuevas, pues sentía que si lo hacía podía quitarle oportunidades al ya escogido prospecto.

Cuando los otros rosales con sus flores hermosas pero no tan bellas como la del rosal que nos ocupa, se daban cuenta que ya venía una nueva explosión de rojos intensos y hermosos aromas, empezaban a cuchichear y murmurar acerca del rosal. Las rosas son flores sensibles, envidiosas hasta de su propia imagen reflejada en un espejo.  Así que podemos imaginar la algarabía que tenían en la rosalera cuando por más esfuerzos no llegaban nunca a igualar en tamaño, color ni aroma a estas rosas rojo sangre. Sin embargo cada vez era mayor el esfuerzo por darlas, el rosal estaba desmejorado, las poquísimas hojas que quedaban, las agudas espinas que protegían los tallos, hablaban a la rosa y le pedían que les diera un poco de salvia, que no absorbiera todos los nutrientes que llegaban a través de sus raíces. La hermosa rosa respondía con altivez que ella era la importante en ese momento, que cómo tenían la osadía de pedir recursos para atender hojas y espinas. Los tallos empezaron a debilitarse, hasta aquel que sostenía la bella flor. Solo fue en este momento cuando empezó a sentir que su sostén se inclinaba que tomó conciencia de lo que hacía, se consideró única, que toda la energía de la planta era para ella.  Ese momento fue una crisis en su vida, y señaló la oportunidad para hacer un cambio. Puso atención a tallos, hojas, espinas y al permitir eso se dio cuenta que sus pétalos de los cuales se sentía orgullosa empezaron a desprenderse y a caer en esa tierra que le permitió crecer. Se sintió agradecida por haberse dado cuenta a tiempo de que concentrarse solo en ella podía ser fatal para todo su entorno. Cuando se desapega de su belleza cae y al fundirse con la tierra la alimentó y enriqueció permitiendo que el rosal revitalizado diera  nuevas flores, menos grandes, pero igual de rojas, olorosas y perfectas, se acabó la rosa excepcional.   


Tiene muchas ramas, está lleno de hojas, de prospectos, rosas en juventud y rosas trascendiendo. Este rosal ya no casusa envidias pero puede convivir en la rosalera sin causar comentarios. La naturaleza tiene muchas enseñanzas a nuestra disposición.                                          
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